Artículo de
Sato sensei. El orgullo precede a la caída (Por Nobuyuki Sato).
La relación entre el entrenador y el judoka puede considerarse desde muchos puntos de vista. Como entrenador, sin embargo, mi corazón siempre se acelerará al encontrarme con un hombre de talento, que tiene posibilidades de llegar a ser grande. La capacidad instintiva para refinar ese talento y conseguir lo mejor de un judoka es una cualidad exclusiva de los muy buenos entrenadores.
Además un judoka nunca llegará a la cima sin las condiciones o la dirección adecuadas, necesarias para que una persona con talento alcance el nivel de campeón. Estas condiciones y métodos de dirección dependen en gran medida de los pueblos y países implicados, aunque hay varios factores comunes.
Requisitos para ser un campeón:
Por experiencia, los entrenadores y judokas de todo el mundo saben lo difícil que resulta conseguir los laureles del triunfo en los campeonatos mundiales y en los Juegos Olímpicos. El principal objetivo de los entrenadores consiste en ayudar a los judokas en conseguirlo. En mi opinión, los siguientes tres requisitos son necesarios para el éxito en este sentido:
1.- Los judokas tienen que tener tres áreas de talento. En su mente, en su técnica y en su cuerpo. En otras palabras excelentes cualidades mentales, técnicas y físicas.
2.- Es necesario refinar estos talentos mediante el tipo adecuado de prácticas, tanto en calidad como en cantidad.
3.- Hay que crear las condiciones apropiadas para la práctica, lo cual implica: buenos entrenadores, competidores para practicar, dirigentes comprensivos, escuelas y una actitud nacional hacia el deporte. Para el competidor la más importante de estas condiciones es la de contar con un buen entrenador.
Los objetivos del entrenador:
Los entrenadores son los responsables de descubrir los jóvenes judokas con talento y de crear el ambiente adecuado para los entrenamientos. Además para que los judokas progresen de forma adecuada es preciso que los entrenadores sepan guiarlos.
Para cumplir bien con esta función, el factor más importante consiste en decidir cuales han de ser los objetivos. Las reglas generales son las siguientes:
1.- Hacer que los judokas se entrenen más de lo normal
2.- Aumentar gradualmente el entrenamiento y en consecuencia el rendimiento del judoka.
3.- Mantener el mismo método de entrenamiento durante un largo periodo de tiempo.
4.- Explicar claramente a los judokas los objetivos, para que participen voluntariamente y con entusiasmo en el entrenamiento.
5.- Utilizar un método que se adapte al individuo, es decir que esté bien equilibrado.
El punto número 4, es decir, ayudar a los judokas a comprender sus objetivos es el primer paso que debe dar todo entrenador.
Procuro siempre que mis judokas tengan dos objetivos: uno a largo y otro a corto plazo.
Si el deseo de ganar una medalla olímpica es el objetivo a largo plazo, entonces el ganar una medalla en el próximo campeonato nacional, por ejemplo podría ser el objetivo a corto plazo. Estas metas a corto plazo deben decidirse poco a poco, en fases, y han de ser realizables. En otras palabras hay que aumentar gradualmente la importancia del objetivo a corto plazo a medida de que el judoka se aproxima al cumplimiento de la meta a largo plazo. Esto es lo que puede hacer el entrenador por su judoka.
No hay progreso si no hay objetivos.
Los objetivos son los pilares de la fuerza.
Esto es lo que yo creo.
El sueño del judoka (una medalla de oro) es también el sueño del entrenador.
Solo es un autentico entrenador el que entrena la mente, las aptitudes y el cuerpo del judoka.
Las competiciones se ganan mediante fuerzas combinadas de la mente, el cuerpo y las aptitudes. En los niveles más altos, el orden de prioridades de estos elementos es el siguiente: primero la mente, después las aptitudes y finalmente el cuerpo. Para tener éxito en los tres, el entrenador debe elaborar un plan por el cual el judoka pueda alcanzar el máximo de sus potencialidades. Y esto es válido para todos los deportes de competición.
Entrenar la mente.
La dirección mental es muy difícil, puesta que se trata de un área controlada por las emociones. Los aspectos más importantes de esta dificultad pueden expresarse de la siguiente manera: “Cómo estimular a los judokas para trabajar por un objetivo y como hacer que ese trabajo sea continuado.”
En mi caso personal presto especial atención a los siguientes puntos:
1.- Mantener una comunicación directa con los judokas , hablando con ellos tanto como sea posible.
2.- Hacer que cada uno entregue informes, a través de los cuales pueda determinar su estado mental y la dirección que está tomando.
3.- Evitar los errores de la afectación, incorporando ideas en el programa y en el método de entrenamiento.
4.- Decidir acerca de los objetivos adecuados. La situación ideal para la dirección en el plano mental es la de tratar directamente con el judoka, esta situación no siempre puede conseguirse con facilidad.
Ahora quisiera referirme al sempiterno problema con el que tienen que enfrentarse los entrenadores, es decir, el de conseguir que los judokas demuestren sus aptitudes naturales en una competición real. Esto significa tomar medidas para ayudarlos a superar el “miedo escenario” y para que no se sientan agobiados por las presiones de las autenticas competiciones.
Mi método consiste en proporcionar a los judokas experiencias más allá de los ambientes habituales de las prácticas rutinarias, como por ejemplo visitas a otros centros de entrenamiento, competiciones de práctica y entrenamiento con handicap.
Sin embargo solo hay una oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos cada cuatro años, por lo cual en este caso no aplico el sistema de ensayo y error. En esta situación encontrar las medidas adecuadas para superar el nerviosismo resulta especialmente difícil.
Obediencia.
En mi experiencia como entrenador, me he encontrado con los que han tenido éxito son los que han sido obedientes. Cualquiera puede volverse orgullosos en diferente medida, al ser fuerte y famoso. Pero si un judoka se vuelve demasiado orgulloso pueden surgir problemas. Hay un famoso proverbio de la literatura medieval que dice que “el orgullo precede a la caída”. Estas palabras pueden aplicarseal mundo
del Judo. Solo los judokas que aceptan obedientemente los consejos de su
entrenador y trabajan con una actitud modesta llegan finalmente a la gloria. Así pues no es
exagerado decir que la capacidad del entrenador para ofrecer buenos consejos es
de primordial importancia.
Los entrenadores deben ser capaces de tratar de forma adecuada todos los problemas y preocupaciones de sus judokas, puesto que la confianza de estos en aquéllos se basa en el tipo adecuado de consejos. Lógicamente el entrenador debe tener un carácter atractivo y haber estudiado la forma de ofrecer una guía adecuada en los asuntos de la mente, el cuerpo y las habilidades técnicas.
Perspectiva educativa.
Desde tiempos remotos, en Japón, los objetivos de la educación, tanto en las artes literarias como en las marciales, han sido conseguir un refinamiento del carácteral tiempo
que se logra el perfeccionamiento en el arte en cuestión.
Las artes literarias (estudios eruditos, literatura, ética, etc.) y las marciales (que abarcan, en sentido general, todo el entrenamiento deportivo) están interrelacionadas como las ruedas de un coche y, en consecuencia, conocer solamente unas u otras es como ser un ser humano o un coche defectuoso.
En el mundo del deporte, las personas que llegan a la cima lo hacen de una forma que es diferente a la de otras posiciones elevadas, como la que ofrecela política. En su caso,
el factor importante es la aptitud física. De esto se sigue que los deportistas
no pueden permanecer en la cima para siempre.
Considerándolo desde el punto de vista de la vida entera, es evidente que la vida después de retirarse de la cima es mucho más larga que el periodo anterior. Hay muchos ejemplos de judokas que han llegado a ser campeones y que han creído ser personas extraordinarias en todos los sentidos, cuando en realidad no eran nada más que deportistas extraordinarios.
Siempre existe el peligro de que el hecho alcanzar la cima tenga efectos adversos sobre la vida del judoka, y por lo tanto es importante que los entrenadores ayuden a los judokas a comprender que la gloria en el deporte es solo uno de los muchos aspectos dela vida.
Aquí es donde destaca la importancia de “una perspectiva
deportiva”. Al tiempo
que guían al judoka hacia el objetivo deportivo a largo plazo, los entrenadores
deben ofrecerle además los consejos adecuados para que apliquen su experiencia
en la vida en sociedad.
El proceso de luchar por conseguir el objetivo más importante para la vida de un judoka es de la mayor importancia en todas las fases, pues el deporte no es una maquina de fabricar campeones.
El valor del deporte radica más bien en el proceso por conseguir el objetivo que en el objetivo mismo. Es importante que el entrenador ayude al judoka a entender esta idea fundamental.
Así pues, creo que la función del entrenador es muy importante, pues toda la humanidad puede beneficiarse de la “cultura del ejercicio”.
01-06-12
La relación entre el entrenador y el judoka puede considerarse desde muchos puntos de vista. Como entrenador, sin embargo, mi corazón siempre se acelerará al encontrarme con un hombre de talento, que tiene posibilidades de llegar a ser grande. La capacidad instintiva para refinar ese talento y conseguir lo mejor de un judoka es una cualidad exclusiva de los muy buenos entrenadores.
Además un judoka nunca llegará a la cima sin las condiciones o la dirección adecuadas, necesarias para que una persona con talento alcance el nivel de campeón. Estas condiciones y métodos de dirección dependen en gran medida de los pueblos y países implicados, aunque hay varios factores comunes.
Requisitos para ser un campeón:
Por experiencia, los entrenadores y judokas de todo el mundo saben lo difícil que resulta conseguir los laureles del triunfo en los campeonatos mundiales y en los Juegos Olímpicos. El principal objetivo de los entrenadores consiste en ayudar a los judokas en conseguirlo. En mi opinión, los siguientes tres requisitos son necesarios para el éxito en este sentido:
1.- Los judokas tienen que tener tres áreas de talento. En su mente, en su técnica y en su cuerpo. En otras palabras excelentes cualidades mentales, técnicas y físicas.
2.- Es necesario refinar estos talentos mediante el tipo adecuado de prácticas, tanto en calidad como en cantidad.
3.- Hay que crear las condiciones apropiadas para la práctica, lo cual implica: buenos entrenadores, competidores para practicar, dirigentes comprensivos, escuelas y una actitud nacional hacia el deporte. Para el competidor la más importante de estas condiciones es la de contar con un buen entrenador.
Los objetivos del entrenador:
Los entrenadores son los responsables de descubrir los jóvenes judokas con talento y de crear el ambiente adecuado para los entrenamientos. Además para que los judokas progresen de forma adecuada es preciso que los entrenadores sepan guiarlos.
Para cumplir bien con esta función, el factor más importante consiste en decidir cuales han de ser los objetivos. Las reglas generales son las siguientes:
1.- Hacer que los judokas se entrenen más de lo normal
2.- Aumentar gradualmente el entrenamiento y en consecuencia el rendimiento del judoka.
3.- Mantener el mismo método de entrenamiento durante un largo periodo de tiempo.
4.- Explicar claramente a los judokas los objetivos, para que participen voluntariamente y con entusiasmo en el entrenamiento.
5.- Utilizar un método que se adapte al individuo, es decir que esté bien equilibrado.
El punto número 4, es decir, ayudar a los judokas a comprender sus objetivos es el primer paso que debe dar todo entrenador.
Procuro siempre que mis judokas tengan dos objetivos: uno a largo y otro a corto plazo.
Si el deseo de ganar una medalla olímpica es el objetivo a largo plazo, entonces el ganar una medalla en el próximo campeonato nacional, por ejemplo podría ser el objetivo a corto plazo. Estas metas a corto plazo deben decidirse poco a poco, en fases, y han de ser realizables. En otras palabras hay que aumentar gradualmente la importancia del objetivo a corto plazo a medida de que el judoka se aproxima al cumplimiento de la meta a largo plazo. Esto es lo que puede hacer el entrenador por su judoka.
No hay progreso si no hay objetivos.
Los objetivos son los pilares de la fuerza.
Esto es lo que yo creo.
El sueño del judoka (una medalla de oro) es también el sueño del entrenador.
Solo es un autentico entrenador el que entrena la mente, las aptitudes y el cuerpo del judoka.
Las competiciones se ganan mediante fuerzas combinadas de la mente, el cuerpo y las aptitudes. En los niveles más altos, el orden de prioridades de estos elementos es el siguiente: primero la mente, después las aptitudes y finalmente el cuerpo. Para tener éxito en los tres, el entrenador debe elaborar un plan por el cual el judoka pueda alcanzar el máximo de sus potencialidades. Y esto es válido para todos los deportes de competición.
Entrenar la mente.
La dirección mental es muy difícil, puesta que se trata de un área controlada por las emociones. Los aspectos más importantes de esta dificultad pueden expresarse de la siguiente manera: “Cómo estimular a los judokas para trabajar por un objetivo y como hacer que ese trabajo sea continuado.”
En mi caso personal presto especial atención a los siguientes puntos:
1.- Mantener una comunicación directa con los judokas , hablando con ellos tanto como sea posible.
2.- Hacer que cada uno entregue informes, a través de los cuales pueda determinar su estado mental y la dirección que está tomando.
3.- Evitar los errores de la afectación, incorporando ideas en el programa y en el método de entrenamiento.
4.- Decidir acerca de los objetivos adecuados. La situación ideal para la dirección en el plano mental es la de tratar directamente con el judoka, esta situación no siempre puede conseguirse con facilidad.
Ahora quisiera referirme al sempiterno problema con el que tienen que enfrentarse los entrenadores, es decir, el de conseguir que los judokas demuestren sus aptitudes naturales en una competición real. Esto significa tomar medidas para ayudarlos a superar el “miedo escenario” y para que no se sientan agobiados por las presiones de las autenticas competiciones.
Mi método consiste en proporcionar a los judokas experiencias más allá de los ambientes habituales de las prácticas rutinarias, como por ejemplo visitas a otros centros de entrenamiento, competiciones de práctica y entrenamiento con handicap.
Sin embargo solo hay una oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos cada cuatro años, por lo cual en este caso no aplico el sistema de ensayo y error. En esta situación encontrar las medidas adecuadas para superar el nerviosismo resulta especialmente difícil.
Obediencia.
En mi experiencia como entrenador, me he encontrado con los que han tenido éxito son los que han sido obedientes. Cualquiera puede volverse orgullosos en diferente medida, al ser fuerte y famoso. Pero si un judoka se vuelve demasiado orgulloso pueden surgir problemas. Hay un famoso proverbio de la literatura medieval que dice que “el orgullo precede a la caída”. Estas palabras pueden aplicarse
Los entrenadores deben ser capaces de tratar de forma adecuada todos los problemas y preocupaciones de sus judokas, puesto que la confianza de estos en aquéllos se basa en el tipo adecuado de consejos. Lógicamente el entrenador debe tener un carácter atractivo y haber estudiado la forma de ofrecer una guía adecuada en los asuntos de la mente, el cuerpo y las habilidades técnicas.
Perspectiva educativa.
Desde tiempos remotos, en Japón, los objetivos de la educación, tanto en las artes literarias como en las marciales, han sido conseguir un refinamiento del carácter
Las artes literarias (estudios eruditos, literatura, ética, etc.) y las marciales (que abarcan, en sentido general, todo el entrenamiento deportivo) están interrelacionadas como las ruedas de un coche y, en consecuencia, conocer solamente unas u otras es como ser un ser humano o un coche defectuoso.
En el mundo del deporte, las personas que llegan a la cima lo hacen de una forma que es diferente a la de otras posiciones elevadas, como la que ofrece
Considerándolo desde el punto de vista de la vida entera, es evidente que la vida después de retirarse de la cima es mucho más larga que el periodo anterior. Hay muchos ejemplos de judokas que han llegado a ser campeones y que han creído ser personas extraordinarias en todos los sentidos, cuando en realidad no eran nada más que deportistas extraordinarios.
Siempre existe el peligro de que el hecho alcanzar la cima tenga efectos adversos sobre la vida del judoka, y por lo tanto es importante que los entrenadores ayuden a los judokas a comprender que la gloria en el deporte es solo uno de los muchos aspectos de
Aquí
El proceso de luchar por conseguir el objetivo más importante para la vida de un judoka es de la mayor importancia en todas las fases, pues el deporte no es una maquina de fabricar campeones.
El valor del deporte radica más bien en el proceso por conseguir el objetivo que en el objetivo mismo. Es importante que el entrenador ayude al judoka a entender esta idea fundamental.
Así pues, creo que la función del entrenador es muy importante, pues toda la humanidad puede beneficiarse de la “cultura del ejercicio”.
01-06-12
El orgullo precede a
Hace
Es un artículo que he leído muchas veces, que he fotocopiado y entregado en cursos y en ocasiones a mis alumnos, pero hasta ahora no lo había entendido en profundidad.
Pienso que es un artículo interesante para todos aquellos que dedicamos nuestra vida a la enseñanza y entrenamiento del Judo y próximamente se lo pasaré a Jesús Asensio para que lo cuelgue aquí.
Habitualmente los artículos y las publicaciones nos gustan en mayor o menor medida en la relación con que nos sentimos identificados con ellos.
En mis comienzos como profesor de Judo cuando me empecé a preocupar de cómo tenían que hacer la preparación física mis alumnos, los mejores libros sino los únicos que encontré sobre preparación física y educación físico deportiva, fueron los de Augusto Pila Teleña en la librería
En ellos Pila Teleña planteaba la necesidad de una formula de trabajo para introducirse en el sendero del éxito, aunque quedase por recorrer todo el largo trayecto del mismo. La fórmula podía ser la siguiente: Preparación técnica+ preparación física+ entrenamiento invisible.
En el entrenamiento invisible incluía la alimentación, el descanso, la vida higiénica, la desintoxicación y el factor mental. Y dentro del factor mental: la determinación.
Incidiendo y trabajando en estos tres parámetros, técnico, físico y entrenamiento invisible, según el autor, se va recorriendo el camino hacia el éxito.
En su artículo Sato sensei, marca las pautas y expone las áreas de talento que tiene que tener un campeón. Y son las mismas que los parámetros anteriores. Pero el orden en que expone estas áreas y seguro que no es aleatorio no es el mismo y es lo que me ha hecho pensar.
Dice así: “los judokas tienen que tener tres áreas de talento: en su mente, en su técnica y en su cuerpo”. Lo que traducido al lenguaje de Pila Teleña podría ser determinación, preparación técnica y preparación física.
El nivel de cada una de estas áreas es distinto en cada judoka. Y la posibilidad de poder influir en cada una de ellas es inversamente proporcional al orden descrito por Sato sensei.
Si cae en nuestras manos un “purasangre” con aptitudes y determinación, tenemos potencialmente un ganador. Conseguir que haga bien Judo y ponerlo fuerte es más sencillo. Teniendo aptitudes es más fácil entrenarle para conseguir resultados y las aptitudes las tiene o no las tiene. Por eso Sato sensei pone este orden.
¿Que diferencia
En el orden futbolístico ¿qué tienen Messí, Ronaldo, Rooney…? ¿Se entrenan más y distinto a todos?.
También podría enumerar judokas españoles pero no quiero correr el riesgo de componer una lista incompleta, así que no lo voy a hacer.
Lo que tienen todos en común es que son “purasangres”. Tienen una importante área de talento en su mente. Luego por supuesto un área importante de talento en su técnica y también en su cuerpo. Y una clara ambición en su mente: determinación. Quieren y pueden ganar. Y esa determinación es lo que les hace perseverar y esforzarse más en cada entrenamiento.
Sato sensei marca el camino que debe seguir el entrenador, los objetivos que tiene que plantearse y la relación con su judoka.
Pero Sato sensei supone que trata con “purasangres”. Los que nos movemos con judokas de a pie, siguiendo sus consejos tratamos de hacerlos llegar lo más arriba posible, intentando satisfacer sus necesidades y sus expectativas.
Nuestra gente sin ser Messi, Indurain o Ronaldo se entrenan con ilusión y tratan de dar lo mejor de ellos mismos.
Nuestra misión deportiva es, explotando sus facultades conseguir sacar de ellos lo mejor posible para alcanzar los éxitos deportivos que anhelan. Y nuestra misión educativa es hacer que durante este periodo de tiempo, tengan una vida intensa, llena de experiencias y que a la par que practican Judo se preparen para un futuro.
Y como el judoka dedica un tiempo importante de su vida a entrenarse, competir e intentar ser campeón, y el título de campeón en una competición solo lo obtienen unos pocos, hay que preparar un futuro.
Cuando termina esa etapa, “la vida sigue”, como dijo el maestro Gessing al comienzo de las séptimas Jornadas de Torrelavega tras rendir un homenaje al maestro José Luís De Frutos fallecido unos meses antes.
Y el judoka tiene que estar preparado para afrontar un tiempo en su vida que normalmente va a ser mucho más largo que el que ha dedicado a entrenarse y a intentar ser campeón.
Es por eso que los profesores de Judo tenemos que ver en nuestro judoka, más allá del competidor que viene
Y termina Sato sensei enunciando que:
“El valor del deporte radica más bien en el proceso por conseguir el objetivo que en el objetivo mismo”.
15-05-12
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